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EL CID CAMPEADOR EN LA PUEBLA DE CASTRO

Autor del artículo: Pedro Bardají Suárez 
Publicado en el Libré de las Fiesta del año 2023

Por dos veces cuentan las crónicas que Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, cabalgó y lucho por los campos de la actual Puebla de Castro y las dos en apoyo de los musulmanes.

El Cid Campeador. Ilustración de Rosalía Pastor.

El rigor historiográfico nos dice que posiblemente la primera fue legendaria, en el mes de mayo de 1064 con motivo de la batalla de Graus, sin embargo la segunda, 17 años después, está acreditada por evidencia histórica, fue en el 1081 durante la fugaz reconquista para la Taifa de Zaragoza del castillo de Castro Muñones.

El castillo de Muñones o Castro Muñones se elevaba sobre la actual Peña del Calvario de La Puebla de Castro (Asensio, Magallón y Sillières 2017) (Asensio y Magallón, 2011). Fue un hisn o fortaleza oficial construida por el califa Abderramán III sobre el anterior castillo de Muns: de origen visigodo, sede de la familia Uskara y del héroe Bahlul ibn Marzuq (Esparza, 2009).

Hisn o castillo de Castro Muñones, fortaleza oficial del Califa Abderraman III levantada en el s. X sobre el anterior castillo de Muns (Qasr Muns), en el cerro Calvario (Peña del Calvario) de La Puebla de Castro. Los muros, de tapial de tierra sobre zócalo de piedras, se impermeabilizaban con una capa de estuco (arena fina con cal o yeso) que confería al castillo un espectacular color blanco. Reconstrucción realizada por Fernando Martín Bravo.

Contextualización histórica

Durante el s. XI la península ibérica hierve de inestabilidad y conflictos. Tenemos, de un lado, a los musulmanes de al-Ándalus, herederos del lo que fue el gran califato de Córdoba, desmembrado ahora en reinos de Taifas, enfrentados entre sí, y, del otro lado, a un conglomerado de reinos cristianos (Galicia, León, Castilla, Pamplona, Aragón y los Condados Catalanes), a modo de “Taifas cristinas”, batallando también unos contra otros. Ambos mundos fragmentados, cristianos y musulmanes, se mezclan en guerras y alianzas, matrimonios y repartos hereditarios, siendo una constante la inestabilidad fronteriza.

Cada reino Taifa musulmán compraba la paz de algún reino cristiano a base de oro, es decir, mediante la entrega de parias (impuesto) y aseguraba también su apoyo en caso de ser atacado por otro reino cristiano o por un reino Taifa musulmán vecino.

Para los reinos cristianos las parias fueron una fuente de prosperidad, un riego continuo de riqueza. Con las parias los musulmanes alimentaron un dragón que terminó por devorarles: estas entregas favorecieron la fortificación y armamento de los reinos cristianos y con ello el avance de la reconquista.

Reinos cristianos y Taifas musulmanas en la España del s. XI. Mapa político de: https://im-pulso.blogspot.com/2014/10/los-avatares-de-la-marca-hispanica-ya.html

A medida que los musulmanes retrocedían por divisiones y pérdidas territoriales, los cristianos avanzaban en unidad y conquistas. El proceso fue complementario, lento pero imparable, abrían de pasar 400 años hasta llegar al siglo XV y alcanzar, con la boda de los reyes católicos, Isabel y Fernando, la unidad de los reinos cristianos y, con la toma del reino Nazarí de Granada en 1942, la reconquista de toda la península.

Regresemos al s. XI, un período de conquistas y reconquistas, de alianzas y traiciones. Época de hombres de frontera, de señores de la guerra, de mercenarios y de héroes. Fue la época del Cid Campeador.

Veamos los dos momentos históricos de la presencia del Campeador en terrenos de la actual Puebla de Castro.

Primera presencia del Cid, año 1064

Ramio I, primer rey de Aragón, decidió ampliar los límites de su pequeño reino cristiano apropiándose de los territorios vecinos de la rica y sofisticada Taifa de Zaragoza. Con ese empeño organizó el asalto de la entonces plaza musulmana de Graus. Los historiadores han estimado que pudo reunir un ejerció aproximado de entre 100 y 200 hombres a caballo y entre 300 y 800 peones o soldados de infantería (Matarredona, 2003) (Viruete, 2008-09).

El rey musulmán de la Taifa de Zaragoza Al-muqtadir (constructor del Palacio de la Aljafería) llegó desde Zaragoza en socorro de su frontera norte (Durán, 1978). Acompañaba a su ejército una mesnada de soldados enviados por el rey cristiano de León, Fernando (hermano de Ramiro I de Aragón), en justa compensación por el pago de las parias. Entre los soldados leoneses iba el infante Sancho (que habría de ser primer Rey de Castilla: Sancho II "el fuerte") y el joven Cid Campeador, de apenas 20 años de edad (al que Sancho de Castilla habría de nombrar Alférez en 1065) (Martín, 1999).

Castro Muñones, como antes lo fuera para el Califato, seguía siendo la fortaleza más representativa e inexpugnable de la frontera norte (Marca Superior) de la Taifa de Zaragoza. Por su relevancia y proximidad debió tener una intervención necesaria y decisiva en la Batalla de Graus y en la intendencia de las tropas recién llegadas. Es razonable considerar la presencia del Cid en la misma. Desde este emplazamiento y sus dominios el rey Al-muqtadir controlaba visualmente los castillos cristianos circundantes y el campo de batalla: una ventaja para decidir la mejor estrategia de combate en acción combinada  con las tropas musulmanas sitiadas por Ramiro I en el Castillo de Graus.

Ilustración titulada “Batalla de Graus” de Justo Jimeno Bazaga. Aparece en la portada del libro “El Cid Campeador”,  escrito e ilustrado por Justo Jimeno. Editado por Ediciones y Escultura.

Tres fuentes documentales mencionan la presencia del Cid en esta batalla: Los Anales del Tumbo negro annales compostellanidel tesoro de la Catedral de Santiago, publicado en 1241 y 1287; la crónica Los Reyes de Aragón en anales históricos escrita por Pedro Abarca y publicada en 1682; y la crónica musulmana de al-Turtuxí, traducida por Sánchez Albornoz (Sánchez, 1946), que cuenta como el musulmán Sadaba logró herir de muerte al rey Ramiro y decantar la batalla a favor de los musulmanes: “Sadaba sobrepasaba a la sazón a todos los otros guerreros. Vestía éste como los cristianos y hablaba muy bien su lengua, ya que vivía por aquellas cercanías. Penetró en los ejércitos de los infieles hasta aproximarse a Ramiro, que armado de pies a cabeza tenía la visera bajada, de suerte que solo dejaba ver los ojos. Sadaba esperó la ocasión de golpearle. Cuando la encontró se precipitó sobre él y le hirió en el ojo, de una lanzada. Ramiro cayó de bruces a tierra. Sadaba se puso a gritar en romance: –¡El rey ha muerto! El rumor de la muerte del rey se difundió entre sus soldados y estos se dieron a la fuga y se dispersaron. Y tal fue por disposición del Todopoderoso, la causa de la victoria que obtuvieron los musulmanes en tal ocasión”.

A causa de las heridas recibidas, el día 8 de mayo de 1064 moría el rey Ramiro I (Viruete, 2008-09). Graus continuaba siendo plaza musulmana.

Según tradición, la ermita de Santa María Magdalena de Graus fue erigida para señalar el lugar donde tuvo lugar la batalla de Graus y donde fue herido de muerte Ramiro I. El investigador grausino Ángel Aventín Espuña (Aventín, 2014) sostiene que esta ermita, hoy desaparecida, pudo estar entre el puente romano y el puente actual de la carretera de Benabarre, en la margen derecha del río Ésera.

Recientes investigaciones parecen demostrar que es falsa la presencia de Sancho de Castilla y del Cid en la Batalla de Graus, afirmando que se trata de un hecho legendario (Viruete, 2008-09). En cualquier caso los relatos legendarios tienen también su reperscusión histórica.

Segunda presencia del Cid, año 1081

La segunda presencia del Cid por terrenos de la Puebla de Castro está acreditada por evidencia histórica, fue en el 1081 con motivo de la fugaz reconquista musulmana de Castro Muñones para la Taifa de Zaragoza. Veamos los hechos.

Año 1081, 17 años después de la Batalla de Graus y de nuevo en el entorno de Graus y Castro Muñones; se enfrentan ahora los hijos de los reyes que protagonizaron aquella batalla: Sancho Ramírez (segundo rey de Aragón, hijo de Ramiro I) y Al-mutamán (o Al-mutamín) (nuevo rey de la Taifa de Zaragoza, hijo de Almuqtadir).

En la primavera de 1081 Sancho Ramírez optó por el soborno y mediante una maniobra de traición interna logró conquistar, de forma pacífica, Castro Muñones y Lumbierre y también, pero seguramente con batalla, Secastilla y Graus (Asensio y Magallón, 2011). Se trató de una conquista breve.        

El Rey Al-mutamán (o Al-mutamín), no estaba dispuesto a perder estas plazas y ese mismo año, acompañado por el Cid, reconquistó para la Taifa de Zaragoza las plazas de Castro Muñones, Lumbierre, Olvena, Graus, Secastilla…

El Cid, tras sufrir destierro de Castilla, fue contratado por el rey musulmán de la Taifa de Zaragoza Al-mutamán. En el año 1081, asegura con plena garantía documental Manuel Iglesias Costa (Iglesias, 2001) en “Historia del Condado de Ribagorza”: “el Cid, en una acción sorpresa, realizó durante 5 días una cabalgada de saqueo por el sur de Ribagorza  junto a su entonces señor, el rey de la Taifa de Zaragoza Al-mutamán  y después de haber recuperado para los musulmanes las plazas de Castro Muñones, Lumbierres, etc., se refugió en el castillo de Monzón”.

El Cid. Cuadro del pintor burgalés Marcelino Santa María (Nació en Burgos el 18 de junio de 1866 y falleció en Madrid 12 de octubre de 1952).

Dos años después, en 1083, aprovechando que Al-mutamán  desatiende la frontera norte de la Taifa de Zaragoza porque está entretenido luchando contra su propio hermano (Al-mundir) que gobierna la Taifa de Lerida, aprovechando como digo esta situación el rey Sancho Ramírez ataca y reconquista por segunda vez y de forma definitiva para el reino de Aragón las plazas de Graus, Secastilla, Lumbierre, Olvena… y, por supuesto, la plaza de Castro Muñones que arrasa en venganza por su participación en la muerte de su padre durante la Batalla de Graus del año 1064 (Abarca, 1682).

Esta segunda y definitiva toma de Castro Muñones fue épica y cruenta, así se recoge en las crónicas de Pedro Abarca (Abarca, 1682) en “Los reyes de Aragón en anales históricos” y de Jerónimo Zurita  (Zurita, 2003) en “Los anales de la corona de Aragón”: “…Muñones fue conquistado después de una ardorosa batalla y sus muros salpicados con  encendida sangre de un mes de Agosto…”; “…arranco con su conquista de las manos de Mahoma las fuertes y veloces lanzas que desde aquella plaza de armas se arrojaban a todas horas contra los cristianos de Ribagorza. Fueron la victoria y conquista de Muñones tan celebradas que se contaban por ellas en las escrituras los años por algún tiempo del Reinado de Don Sancho.”

El castillo musulmán de Castro Muñones fue una obsesión para cristianos y musulmanes. Tras ser arrasado por Sancho Ramírez su protagonismo e importancia estratégica pasó a la fortaleza vecina de Castro que ese mismo año 1083,  el rey constituyó en Tenencia cristiana (Torres, 2005).

 

El Cid Campeador. Litografía de la Historia General de Valencia de G. Escolano, Valencia, 1878.

CRONOLOGIA


1064       Batalla de Graus. Se enfrentan el rey de Aragón Ramiro I y el rey de la Taifa de Zaragoza Al-muqtadir. Presencia de Sancho de Castilla y del Cid Campeador. Pierde la vida Ramiro I y Graus continúa siendo plaza musulmana.

 

1081    1ª conquista cristiana de Castro Muñones. El Rey Sancho Ramírez conquista fugazmente, posiblemente de forma pacífica, mediante soborno y traición, Castro Muñones y Lumbierre (primavera de 1981) y también, pero seguramente con batalla, Secastilla y Graus.

             

El Rey de la Taifa de Zaragoza Al-muqtadir reparte su reino entre sus dos hijos: Zaragoza para Al-mutamán (o Al-mutamín) y Lérida para Al-mundir.

 

Reconquista musulmana de Castro Muñones. El Rey Al-mutamán (o Al-mutamín), acompañado por el Cid, reconquista para la Taifa de Zaragoza las plazas de Castro Muñones, Lumbierre, Olvena, Graus, Secastilla…

 

1083      2ª y definitiva conquista cristiana de Castro Muñones. El Rey Sancho Ramírez reconquista definitivamente las plazas de Graus, Castro Muñones (y los lugares pertenecientes a su zona de influencia: Tozal de López…), Lumbierre y Olvena. En Junio de 1083 existe ya la Tenencia de Castro.

 

Sello de 1 peseta del año 1962. Motivo: busto de la escultura del Cid obra de Juan Cristóbal.

BIBLIOGRAFÍA

Abarca, Pedro. Los reyes de Aragón en anales históricos. Tomo I. Imprenta imperial. Madrid, 1682.

Asensio Esteban, José Ángel, Magallón Botaya, María de los Ángeles, y Sillières Pierre. La ciudad romana de Labitolosa. Serie: Perfil. Guías de patrimonio cultural Altoaragonés. Editorial: Instituto de Estudios Altoaragoneses. 2017. ISBN: 978-84-8127-277-2


Asensio Esteban, José Ángel, y Magallón Botaya, María de los Ángeles. La Fortaleza altomedieval del cerro calvario. Instituto de Estudios Altoaragoneses. Huesca, 2011

Aventín Espuña, Ángel. Ramiro I: vida y obra del primer rey de Aragón y su muerte en la Batalla de Graus. Conferencia impartida en Graus en las Jornadas culturales Amigos de la Peña 2014.

Durán Gudiol, Antonio. Ramiro I de Aragón. Guara Editorial. ISBN: 84-85303-07-5. Depósito Legal: Z-651-78. Zaragoza, 1978.

Esparza, José Javier. La gran aventura del reino de Asturias: así empezó la Reconquista. Editorial: La esfera de los libros. 2009. ISBN: 9788497348874


Iglesias Costa, Manuel. Historia del Condado de Ribagorza. Instituto de Estudios Altoaragoneses: Diputación de Huesca, 2001. Dep. legal HU-503-2001.– ISBN 84-8127-121-7

Martín Rodríguez, José Luis. La espada de Casilla. La Aventura de la hisoria, Nº 5, páginas 30-36, 1999, ISSN 1579-427X

Matarredona Sala, Francisco. El amanecer de un reino. Ramiro I de Aragón. In dei nomine. Editorial Cep S.L.: Leyre Ediciones. Moraleja de Enmedio. 2003. ISBN: 84-9775-654-1

Sánchez Albornoz, Claudio. La España musulmana. Buenos Aires, 1946.

Torres Rausa, Antonio. Castro en la Edad Media. Los Tenentes de Castro.  Diario del AltoAragón 2005. https://puebladecastro.blogspot.com/2011/10/castro-en-la-edad-media-3-los-tenentes.html

Viruete Erdozáin, Roberto. Aragón en la época de Ramiro I. Tesis doctoral del curso 2008/09. Universidad de Zaragoza. Facultad de Filosofía y Letras. Departamento de Historia Medieval, Ciencias y Técnicas Historiográficas y Estudios Árabes e Islámicos

Zurita, Jerónimo. Los anales de la Corona de Aragón. Edición de Ángel Canellas López. Edición Electrónica de José Javier Iso (coord.), María Isabel Yagüe y Pilar Rivero. Publicación Nº 2473  de la Institución Fernando el Católico. DPZ. 2003.







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